Si digo que cualquier disciplina deportiva es resultadista a más no poder, no invento la rueda ni digo nada nuevo... es más estoy cayendo en una obviedad de tres pares de cojones. Pero es que resulta bastante cansino leer editoriales y columnas de opinión en distintos medios sobre algunos de los últimos acontecimientos deportivos, sobre todo en el ámbito futbolístico. Si el Barça pincha en 2 partidos consecutivos, ya decimos que el Barça tiene problemas, que tiene errores graves en la contención, etc. pero obviamos el resto de funciones y sensaciones dejadas durante todo el partido. Poquitos equipos pueden jugar con un 3-4-3 como jugó el Barça los otros días, es más, solamente hay que echar un vistazo a la alineación que sacó por ejemplo Gaspirini en el Inter ante el Palermo el pasado domingo, con ese dibujo táctico y con 3 hombres en punta: Forlán, Milito y Zárate. Como no podía ser de otra manera, la cosa le salió muy chunga. El Barça sí puede porque es un equipo que maneja muy bien los tiempos, controla el balón, la posesión y puede permitirse jugar con defensa adelantada y con hombres muy abiertos arriba y Messi potenciando el juego interior y de entre líneas.
Anoche con el Milan el Barça jugó muy bien, fue el dominador absoluto del partido, aunque abusó más de la posesión y no dispuso de muchas ocasiones y de tiros a puerta. Y sin centrales puros, sin Puyol y Piqué y utilizar medios reconvertidos e infiltrados en esas posiciones, está claro que se entra en un juego peligroso. Ayer con Pato, el Curro Romero del fútbol, un hombre rapidísimo, pero muy irregular, puso en serios problemas durante los 10 minutos iniciales al Barça. Pérdida en la media, defensa muy adelantada del equipo blaugrana y salida muy rápida del brasileño. Así llegó el 1er gol, a los pocos segundos de empezar el partido. El fútbol es así de caprichoso, el Milan empató en el Camp Nou por dos jugadas esporádicas, dos despistes de los centrales... poco más. Así es el fútbol, así se producen las cosas, así de bonito es este deporte donde jugar bien y ser mejor que tu rival no te garantiza llevarte el partido, de ninguna de las maneras. Pasó en Anoeta y volvió a ocurrir anoche en Barcelona. El único análisis es que la prioridad del equipo culé en el mercado de fichajes tenía que haber sido la incorporación de un central; es más, había sido la prioridad temporadas atrás, con Chigrinski, Milito, etc. jugadores que ya no están en el F. C. Barcelona y que no se ha sustituído con nadie. Tampoco entiendo cómo el Barça no echó todo lo que tenía que echar en el fichaje de Thiago Silva, central que anoche marcó el gol del empate del equipo rossonero.
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