Es raro, pero cada día me doy cuenta que sólo unos cuantos llegan al nivel de excelso si tratamos con los videojuegos. Pocos son los títulos que me producen verdadero placer cuando me pongo enfrente del monitor, pocos son los juegos que me hacen levantarme de la silla. Y no creo que sea un asunto que implique al mundo videojueguil, porque no me digáis que no pasa exactamente lo mismo en el cine.
Uno de ellos es Quake 3 Arena, no sé, pasarán los años, envejeceré, pero nunca me olvidaré del juego de Id, nunca. Obra maestra donde los haya, una jugabilidad endiablada y caprichosa, que invita a la adicción a pasos agigantados, donde a día de hoy todavía se sigue jugando en competiciones y en la Quakecon es todo un acontecimiento, donde los combates 1vs1 son sobresalientes, majestuosos, sublimes y no tiene rival en este aspecto.
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