Ya sabemos que la industria del cine está de capa caída, atrás quedaron esos momentos de exacerbada genialidad donde directores de la talla de Stanley Kubrick y Hitchcock nos hacía temblar con sus sublimes obras. Hoy, ha cambiado mucho la industria, donde se ha mostrado un interés a películas comerciales y a lo llamado cine “palomitero”. Pero tampoco todo está perdido, uno de los que pueden sacar pecho a día de hoy es Danny Boyle, famoso por Trainspotting o 28 Días Después, entre otras. Su último film, Sunshine, es una película que no deja indiferente a nadie, absolutamente a nadie, ya sea por la mezcla de géneros que ha querido hacer en la cinta (ciencia ficción y thriller, asunto que en este caso no han casado muy bien, según mi parecer) o por su primera incursión en el fascinante mundo de la ci-fi.
ATENCIÓN----------SPOILERS
El film de Boyle nos sitúa en el año 2050, la vida del Sol se acaba, con lo que todo ápice de vida humana se irá con nuestra estrella más querida. Para ello, un grupo de astronautas es enviado a “reactivar” la estrella mediante el lanzamiento de una gran bomba en el núcleo del Sol. Aquí se puede producir el primer escollo en la película del británico, según para quién, y es que es muy arriesgado situar la muerte del Sol a tan solo unos cuantos años (2050) y más descabellado encontrar una teoría con sustento científico que explicara el porqué. Según el anglosajón, Brian Cox, asesor científico del film, no habría ninguna explicación razonable, por el momento, pero sí mediante suposiciones poco demostradas. ¿De eso se trata la ciencia ficción no? El razonamiento radica en los famosos rayos gamma, explosiones de gran cantidad de energía, donde partículas que existen, tienen una copia. Pues bien, estas partículas pueden crear conjuntos cuantiosos y enormes parecidos al núcleo supersimétrico (Q-Ball), que a su vez se formaron justo en el instante del Big-Bang y podrían estar pululando por el Cosmos. El problema sería si se alojara en uno de los núcleos de alguna estrella inocente, de los millones y millones que hay por ahí, provocando la absorción de la estrella por parte del citado y demoledor núcleo. Es una teoría muy poco probable, que sería aplicable a estrella de neutrones, que tienen un gran peso, pero repito, ¿De eso se trata la ciencia ficción no?.
La peli empieza muy bien, con unos efectos especiales muy conseguidos, con buenos planos, pero que abusa de muchos desenfoques. Nos presenta a los personajes de manera digna, entreviendo una serie de dramas entre ellos, mucho más acreciente a medida que avanza la cinta y donde una serie de decisiones movido por unos acontecimientos que surgen a lo largo del viaje (cambio de trayectoria para alcanzar la ICARUS I, un primer grupo de astronautas, que marcharon siete años antes para realizar la misma misión, pero que fracasaron), marca el desarrollo del filme: aquí el viaje es lo peligroso, no poner la bomba al lado del Sol con miles y miles de grados Celsius. Es claro los guiños que hacen a otras películas del género, véase Alien de Ridley Scott o Horizonte Final de 1997 (con la parte final de un asesino que les persigue y que quiere sabotear la misión sí o sí), además de la influencia de 2001, Una Odisea en el Espacio, de Stanley kubrick. Está claro que Danny Boyle no es Kubrick, tampoco estoy seguro si lo pretende o no, pero es una peli muy entretenida donde ha querido mezclar dos géneros, y no lo ha conseguido, con una BSO muy buena, pero que pasa muy desapercibida en muchos momentos del film, donde se agradecería un mayor impacto entre escena y música, con unos actores británicos buenísimos ( donde Cillian Murphy lo clava), con algunos planos muy difusos (parte final donde envía la bomba al Sol y el protagonista parece que salta a la nave, y no es así), demasiada duración, poca explicación en las teorías sobre la muerte del Sol. A pesar de estos detalles, es un buen filme, que se deja ver y que gustará a los amantes tanto de la ciencia ficción, género fantástico o un poco de thriller.