12 octubre 2008

Beta-Opinión de Mirrors, de Alexandre Aja


El espejo ha sido un elemento cinematográfico que se ha utilizado muchísimo en el cine. Desde la maravillosa Blancanieves y los siete enanitos (acuérdense cuando la Reina pregunta a su espejo cuál era la persona más bella del Reino) hasta películas como las que voy a comentar ahora. Lo cierto es que uno se espera algo más de un proyecto de Alexandre Aja (La Colina tienen ojos-la nueva eh) que se basa en un largometraje norcoreano llamado Al Otro lado del Espejo, cinta que por cierto no he visionado-me tendrán que perdonar ustedes.



En este caso, Aja falla estrepitosamente en la puesta en escena. Esta película de terror no puede basar su pilar principal de miedo, en intentar aterrorizar a los espectadores a través de aspectos viscerales sino en transmitir un miedo más profundo y psicológico con los espejos, que dé miedo verse enfrente de uno de ellos reflejado. Da más repulsa ver cómo mueren los personajes antes que crear ese ambiente pre-momento de acción tan idóneo para este tipo de largometrajes de terror y donde el espejo parece ser el continente antes que el contenido y la idea por el que se sustente el miedo. No denota ningún tipo de maestría a la hora de dirigir las escenas, aunque se agradece mucho que en los planos “gores”, no haya movimientos bruscos de cámaras para indicar esos instantes tan vibrantes.

Seguimos con los tópicos que rodean al personaje protagonista, con problemas y con la imperante necesidad de tener que demostrar muchas cosas a los suyos además que querer introducir el director unos cambios de guión demasiado forzados para hacer que el espectador salte, pero no deja de ser una trampa muy engañosa y demasiada vista ya en otras ocasiones. La actuación de Kiefer Sutherland no está nada mal, incluso gusta verle enfundado en uno de estos papeles, típico y tópico, pero gusta al fín y al cabo, aunque sin alardes ni exageraciones.

Película que desaprovecha un elemento que genera un halo de incertidumbre bastante notorio, un objeto que puede distorsionar la realidad por momentos, según el plano, según la inclinación, pero Aja ha optado por remarcar según qué aspectos más visuales e impactantes antes que dotar a los fotogramas de cierto nivel claustrofóbico y psicológico, sin olvidarnos del porqué de todo ese rollo de lo que rodea a los espejos, de lo que hay dentro y tal, un asunto realmente ridículo y patético. Una verdadera lástima. 


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