29 junio 2007

Impresiones de Mario VS Donkey 2: La marcha de los minis

Próximamente publicaré un artículo en Players4Players sobre algunos juegos que estoy analizando, y muchos de ellos disfrutando. La cuestión es que algunos los probé lo más rápido que pude, porque pensaba que iban a ser más pasables que aceptables, equivocación la mía. Os hablaré de Mario VS Donkey 2: La marcha de los minis, juego inspirado en el clásico juego de Donkey kong. No intentaré publicar aquí el futuro artículo, sino unas impresiones de las primeras horas jugadas. El argumento es bien sencillo: Mario, ese gran personaje carismático y principal imágen de Nintendo, es presidente de una empresa juguetera de gran renombre en todo el mundo, el fontanero videojueguil por excelencia ha creado unos simpáticos juguetitos que hacen las delicias de pequeños y mayores. Pues bien, todo esto está muy bien hasta que decide abrir un gran centro de atracciones, donde claro está, el principal aliciente son los minimarios. Pero la encargada de realizar la inauguración de tal evento es una preciosa chica llamada Pauline. El problema está cuando decide elegir el juguete de Mario en detrimento del que le ofrece Donkey, el malillo en este asunto y por supuesto, el mono, lleno de celos y envidia, decide raptar a la chica y llevarsela a la azotea del edificio sin dar posibilidad alguna a Mario, que no llega a tiempo. Entonces es cuando entran en acción los minimarios, los verdaderos héroes de la historia.


El juego desde un primer momento es muy intuitivo, llevadero y muy simpático. Además de estas cualidades que caracteriza el cartucho de la DS, también hay que destacar que la sencillez es la principal baza. Nuestro cometido consiste en llegar a la azotea, pero para ello, debemos de subir los distintos pisos que tiene el edificio, comenzando en el piso bajo (B) y terminando en la azotea. Son nueve pisos y nuestro éxito en la misión se irá complicando cada vez más a medida que vayamos subiendo. Ahí es donde el juego brilla con luz propia, con tintes estratégicos, ya que los minis estarán situados a lo largo del escenario y mientras más tardemos en dar la salida a la nueva planta amén de realizar cadenas de minis (por ejemplo, llegar a la puerta de la salida con los tres minis a la vez -más puntos- o llegar dispersados en distintos momentos), menos puntos tendremos al final de la fase. Las funcionalidades de la pantalla táctil están aprovechadas al máximo, es decir, toda acción la realizaremos a través de nuestros stylus, tales como abrir zonas, mover los tubos para cambiar de un lado a otro distinto, accionar interruptores, subir por ascensores, saltar encima de los enemigos para llegar a una zona que anteriormente era imposible llegar, parar a los minis o moverlos en conjunto y un montón de acciones más que se irán viendo a medida que vayamos superando los retos. Una vez superemos las 9 fases de un piso o planta, nos enfrentaremos en divertidos combates con Donkey, donde tendremos que derrotarle, lanzando minis a través de un cañón, que iremos cambiando su trayectoria y dirección, gracias al lápiz táctil. Los escenarios están muy bien diseñados, sencillos a nivel gráfico pero bien ideados desde el punto de vista jugable. A nivel sonoro también muy pocas pegas, donde los fans de Nintendo se sentirán como en casa, escuchando las sintonías clásicas de la compañía nipona, así como algún que otro tema nuevo. Además podemos crear nuestros propios escenarios y compartirlo con otro usuarios de la consola portátil.

En conclusión, un juego de notable alto, con tintes adictivos, para pasar el rato, un título donde merece la pena gastarse el dinero que vale, pero donde muchas veces el control de los minis no responde como debería y la dificultad y la duración no es muy alta que digamos. Aún así, es un juego muy recomendable...

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